No me cuesta admitirlo, pese a que trabajo con RRSS, no me gusta Facebook, realmente son pocas las RRSS en las que me sienta cómodo.
¿Por qué?
Recordar una máxima de Internet: Aquí, si no pagas, es que eres el producto. La frase no es mía, se la leí a Marta Peirano en su columna Sala Bit en Muy Interesante. Tampoco recuerdo si simplemente la estaba citando o es de su autoría. El caso, es que es una realidad contundente.
Nosotros mismos, aportando de forma voluntaria datos sobre nuestra vida privada, fotografías, contactos, etc. ofrecemos a redes como Facebook valiosa información que jamás se nos ocurriría facilitar a ninguna empresa, por mucha confianza que depositemos en ellas; nos convertimos en el producto. La habilidad de gigantes como Facebook, consiste en ofrecernos servicios lo suficientemente atractivos para que les sigamos este juego, en el cada vez les abrimos más nuestra alma, y orientarlos hacia sus necesidades, que es en esencia ofrecer a sus clientes (empresas anunciantes) los perfiles de millones de personas de los que conocen perfectamente sus gustos, intereses, hábitos de consumo, etc.
Esto no quiere decir que Facebook le ofrezca a una compañía un fichero con una cantidad finita de información, sino que les ofrece la posibilidad de anunciarse en sus medios aun perfil concreto de usuario.
Además Facebook ha experimentado problemas gravísimos de seguridad: en el mes de septiembre de este año saltó a la prensa la noticia de que por un error las contestaciones a los mensajes privados de los usuarios fueron publicados en sus respectivos muros, mensajes que llegaron a abarcar los últimos 5 años de existencia de la red social. Pese a que Facebook justificó esta incidencia atribuyéndola a una incorrecta configuración de privacidad por parte de los usuarios, lo cierto es que esa opción en el momento de publicarse dichos mensajes no existía.
Es nuestra responsabilidad valorar que precio estamos dispuestos a pagar por seguir disfrutando de sus servicios.
El caso de Google es más bestia. Con su omnipresente buscador, con su navegador Chrome, el SO para dispositivos móviles Android, los servicios Google Maps, Gmail, Google Drive, YouTube, etc, saben dónde estamos, cuándo y qué hacemos.
Google ha cruzado una fina línea desde el momento en el que empleas su buscador y ya no sólo te ofrece resultados genéricos, sino que en función de la información que tienen sobre ti, condiciona los mismos. No estoy denunciando una mala praxis pues puede ser una herramienta fantástica para algunos el filtrar los contenidos en función de sus necesidades, pero es un hecho que de esta forma se limita tu libertad de decisión al acotar tus posibilidades de elección. El sistema debe ser más transparente facilitando al usuario la posibilidad de seleccionar el nivel de filtrado de sus búsquedas.
Por poner un ejemplo, es como si buscas a alguien en la guía telefónica y sólo figuran los que pagan.
Google+ vs Facebook
Por su parte, Facebook emplea una estructura extremadamente rígida, en las que tienes pocas opciones para catalogar a tus contactos y lo que es más grave, sometida a constantes revisiones en las que, en función de sus necesidades te imponen qué, cómo y cuándo puedes hacer algo.
Google+ te ofrece una flexibilidad total a la hora de crear tus grupos (círculos en G+) y evidentemente ofrece una integración total con todo el universo Google, desde Chrome hasta Android sin necesidad de aplicaciones de terceros. Con un perfil de Google+ es muy fácil gestionar por ejemplo tu perfil para emplearlo a nivel profesional, de amistad, familiar, amigos íntimos o cualquier otra actividad que se te ocurra.
Si Facebook no recibe un cambio radical en su estructura y funcionalidades va a ser arrollado por Google+. Pese a la ventaja de popularidad que disfruta en la actualidad, lamentablemente para Facebook, Google+ no sólo está mejor planteado, tiene tras de sí al autentico monstruo de las próximas décadas. De esto último, puede que nos lamentemos todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta pollo, pero recuerda quien controla aquí los huevos.